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Pintura de rDick

31 de enero de 2005

Rubén Martín de Lucas, más conocido como rDick, hizo en Enero una exposición de sus cuadros en el Centro Cultural de Barajas. Para aquellos subanales que no le conozcan, se trata de otro de nuestros vecinos famosos. Aunque se dedica más al arte pictórico y al graffiti, también ha hecho sus pinitos con un micrófono.

El último día de la exposición saqué un poco de tiempo para ir a ver su obra. Fui sólo porque mi querido amigo Manu me dejó tirado *cough* *cough*.

En fin, que el hecho de ir sólo me sirvio para ver y comprender mejor sus cuadros. Además de hacer algunas fotos (pésima calidad, ya sabeis cómo es mi cámara) cogí una tarjeta de visita que guardo en mi cartera y un texto escrito por rDick sobre su exposición y obra. Con su permiso voy a transcribirlo, se titula "Historia de un graffitero". Ejem ejem....

«Para aquellos que sólo conocen mi vertiente graffitera y que esperaban ver graffiti expuesto en esta sala del CC de la Villa de Barajas. Les contaré que, con el paso de los años, mi producción pictórica se ha dividido en dos campos distintos: Pintura y Graffiti.

Graffiti es la base. La raíz de todo lo que vendrá despues. Lo que he realizado en las ciudades durante los últimos 10 años sobre sus muros. Realizando pequeñas y grandes obras, firmándolas como rDick y pintando junto a mis compañeros de Ozm y Evacuol primero, y de Boa Mistura después. El Graffiti es lo que me ha dado la vida durante años. Pintar murales me ha servido como válvula de escape, y como medio para realizarme a mi mismo. Ha sido una de las claves para no convertirme en una persona alieanada por la sociedad egocentrista y superficial del momento.

Más tarde... mucho más tarde vino la pintura. Surgió hace tan solo unos dos años y surgió casi como necesidad.

Cuando acabé la carrera de Ingeniero de Caminos Canales y Puertos, viajé durante unos meses a través del subcontinente Indio. A mi regreso decidí que no podía ponerme a trabajar en la ingeniería. Durante aquel largo viaje saboreé la libertad. El hecho de no saber lo que deparará el mañana me cautivó. El no concer la rutina, ni el lugar donde estarás la semana que viene, el vagar adonde te lleve el viento es algo que me enamoró y que ha acabado siendo parte de mi filosofía de vida.

Así pues, ante la imposibilidad psicológica de ejercer la ingeniería, atarme a un trabajo e hipotecar mi vida, decidí hacerme pintor. Lo cual era entonces, y es hoy todavía una idea totalmente descabellada. Pero la fe mueve montañas.

Me lancé de cabeza a ese mundo desconocido, que era la pintura y buceé brevemente en una negrura de ignorancia. Conocí entonces a José Luis de Antonio, al que siempre daré gracias y consideraré mi maestro, por aportar las primeras luces que me alumbrarán el nuevo camino.

Y con mucho trabajo y la tozudez propia de un graffitero acostumbrado a que todo sean dificultades e incomprension, he ido aprendiendo y abriéndome camino hasta el punto de conseguir, hoy por hoy, vivir de la pintura.

Graffiti es lo que sigo haciendo, con mis compañeros de Boa Mistura, en la calle: pintura mural concebida para espacios públicos. Otro tipo de comunicación, más directa, menos mercantilizada y con menos segrecación de público, que por su naturaleza me da frecuentes disgustos (debido al desconocimiento e incomprensión), pero inmensas satisfacciones.

Pintura es lo que hago en el estudio. Una pintura que está enfocada a su exhibición en un espacio cerrado. Más íntima e introspectiva. Pero también una interesante vía de comunicación cuyo lenguaje plástico empiezo a dominar y que me permite contar otras historias. Que me permite hacer de testigo de la época que me ha tocado vivir.

Ésta es una exposición de esa pintura, acrílico y óleo sobre lienzo, introspectiva por un lado y de testimonio por otro. Exposición que sigue la linea de investigación que me he marcado, para retratar la sociedad hiperconsumista del hoy en la que todo se convierte rápidamente en desecho. Esa es la razón de que no pinte bonitos paisajes ni grandes monumentos, si no espacios olvidados, a priori poco atractivos, como contenedores, solares, paisajes industriales, máquinas oxidadas, silos, depósitos y demás desechos yacientes que deja la humanidad a su paso. Son fragmentos de lo que enseguida queda olvidado, testimonios de un mundo de usar y tirar.»

La exposición me gustó y se lo dije a rDick por e-mail. Le dije que Durbán estaba en Irlanda y esto fue lo que me contestó: «Dale un saludo de mi parte al loco de Durbán. Ya me le imagino... allí en Irlanda el tío estará en su salsa». Te transmito el saludo, Durbi!

Si quereis saber más cosas que me pasaron ese día, podeis leer algo en mi página.

Por último, algunas fotos de sus cuadros. Lamento la mala calidad :(

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