Viajecillos
Viajes subanales por la geografÃa
Camino de Santiago
19 de marzo de 2008
Aquà va el pequeño relato de una peregrinación a Santiago que puede ser de agradable lectura y de cierta utilidad "social". Aquel que quiera emprender el Camino que siga conmigo. El que lo haya hecho que recuerde... .
El Camino de Santiago es una ruta de peregrinación de 60 km de ancho. A lo ancho de esos 60 km caminando en noches claras y siguiendo la vÃa láctea llegaremos al eje Santiago-MuxÃa-Finisterre.
Con esta afirmación saco de toda duda al lector sobre la multiplicidad de opciones que podemos elegir para llegar a Compostela (Camino Fráncés, del Norte, Portugués, Via de la Plata, Valenciano, Aragonés... .)
Llegado a este punto y a punto de comenzar el relato aviso al lector de que aquà no encontrará información turÃstica invitando a aquellos que la busquen a dejar la lectura y acudir a la página de la asociación de amigos del camino. Por respeto a las personas que han muerto realizando la peregrinación me abstendré de criticar las numerosas lacras que asolan la ruta y ya pueden imaginar que en nuestros dÃas la plaga turÃstica que invade los caminos de peregrinación y sus consecuencias lógicas son los mayores enemigos del caminante que busca luz y sabidurÃa tras sus pasos. Sin más... .
VolvÃamos de Francia tras pasar unos curiosos dÃas con amigos y conocidos. Un cartel en Roncesvalles indica que faltan 790 km para Compostela, simplemente es una cifra aunque pesa en el ánimo. Pronto me doy cuenta que puede ser una estupidez caminar casi 800 km para llegar a un sitio pero tengo cierta convicción que caminar esa distancia ha de calar en el alma.
Duermes, empiezas a andar, es el primer dÃa, todo va bien se pasa rápido, se va endureciendo te cansas, los pirineos se quedan atrás, subes y bajas, no te olvidas de tus pies, las piernas, hambre, sed, cientos de personas
Hace 6 meses que escribà lo que precede, hoy lo he visto y he decidido terminarlo
Es una sensación curiosa continuar un texto escrito en el pasado, que pequeño abismo me separa de aquella pequeña aventura... . La sensación más poderosa que tengo es la que deja el poso en la vieja garrafa de vino.
Seré breve, ¿qué pasa cuando caminas 800 km para llegar a un lugar no muy diferente de los demás? ¿Tiene algún sentido recorrer a pie esa distancia por el simple hecho de hacer deporte, de expansión espiritual o unión con un Dios? ¿Qué queda detrás de las infraestructuras turÃsticas y todo el tinglao económico que surge en torno al numerosÃsimo turismo? ¿Qué es el Camino hoy?
No me importan las respuestas y si le digo al que lea esto y quiera caminar que la cara más imponente y sorprendente del Camino está en la capacidad de éste de sumergir al peregrino en profunda convivencia consigo mismo y de hacerlo con el resto sin las trampas habituales. La posibilidad de bucear en nuestro interior se convierte en algo tan sencillo... .
El enemigo del peregrino no son las ampollas o el cansancio, el comercio o la desvirtuación del camino primitivo sino la perpetuación del comportamiento que nos caracteriza en nuestras vidas normales de trabajadores o estudiantes, como parejas, como padres, hermanos, amigos.
Si has pensado en quedarte a vivir en el Camino es que te has dado cuenta.
Un abrazo a todos.
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26 de marzo de 2008, por Durbi
Ese Camino de Santiago lo voy a hacer, segurÃÂsimo, pero lo estoy reservando para el futuro. Porque no lo quiero hacer en las tÃÂpicas vacaciones del trabajo. Lo voy a hacer cuando no esté en ningún trabajo, posiblemente cuando me haya ido del que tengo ahora. Porque lo quiero hacer sintiéndome totalmente libre.
Saludos a ese Tinins del camarrada Durbi
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24 de marzo de 2008, por Milingo
Como andas Tinins?
Que curioso, hace casi 9 años que realice por primera vez el camino de Santiago, aproximadamente 200 kilómetros desde Ribadeo (Camino del Norte). En estos momentos uno se da cuenta que el tiempo pasa deprisa....y la vida cambia mucho.
Qué cierto que el camino te enfrenta contigo mismo, te enfrenta al tan temido hoy en dÃÂa silencio, silencio exterior, y silencio interior...deja de resonar en ti el RUIDO del mundo.
Yo recuerdo con gran claridad y mucho cariño los dos últimos dÃÂas de camino, ya casi en Santiago (monte del gozo), donde una gran ventisca destrozó el planning del camino...Ropa empapada por todas partes, sacos totalmente inútiles...ya nada valÃÂa, cada uno por sàmismo hubiera dejado el camino en ese punto...pero no estábamos solos, en todos los aspectos. Terminamos el camino, entramos en Santiago con aspectos deteriorados, rotos por el cansancio, culminado por los dos últimos dÃÂas demoledores.
Tengo pendiente de realizar, y me temo que tendremos que realizarla en matrimonio, la aventura de la providencia, dejarnos llevar por la providencia de Dios y permitir que sea el quien planifique el viaje, y quien provea el cada dÃÂa con una premisa evangélica "A cada dÃÂa le basta su afán" (Mt 6, 34)