Literatura

Textos o perlas de la literatura subanal

Gracias y desgracias del anal

19 de julio de 2006

Ya en el siglo XVII Don Francisco de Quevedo y Villegas, conocido como Juan Lamas, el del camisón cagado, sintió el influjo de la analidad y se vió forzado, en su fuero interno, a erigir un monumento literario al anal, esto es, al ojo del culo. Como ya dije en otro artículo, el movimiento anal viene de lejos en la historia.

Así que con este artículo voy a poner en conocimiento de la comunidad esta obra del grandioso Quevedo.

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GRACIAS Y DESGRACIAS DEL OJO DEL CULO

Dirigidas

A Dª JUANA MUCHA, MONTÓN DE CARNE, MUJER GORDA POR ARROBAS

Escribiolas

JUAN LAMAS, EL DEL CAMISÓN CAGADO

¿Quién tanto se precia de servidor de vuesa merced qué le podrá ofrecer sino cosas del culo? Aunque vuesa mercer le
tiene tal, que nos lo puede prestar a todos. Si este tratado le pareciere de entretenimiento, léale y pásele muy despacio y a raíz del paladar. Si le pareciere sucio, límpiese con él, y béseme muy apresuradamente. De mi celda, etc.


No se espantarán de que le culo sea tan desgraciado los que supieren que todas las cosas aventajadas en nobleza y virtud, corren esta fortuna de ser despreciadas de ella, y él en particular por tener más imperio y veneración que los demás miembros del cuerpo; pues mirando bien es el más perfecto y bien colocado dél, y más favorecido de la naturaleza, pues su forma es circular, como la esfera, y dividido en un diámetro, o Zodíaco como ella. Su sitio es en medio, como el del sol; su tacto es blando, tiene un solo ojo, por lo cual alugnos le han querido llamar tuerto, y si bien miramos, por esto debe de ser alabado, pues se parece a los cíclopes que tenían un solo ojo y descendían de dioses. El no ver es falta del amor poderoso, fuera de que el ojo del culo, por su mucha gravedad y autoridad no consiente niña, y bien mirado, es más de ver que los ojos de la cara, que aunque no es tan claro, tiene más hechura. Si no miren los de la cara sin una labor; tan llanos que no tienen primor alguno, como el ojo del culo, de pliegues lleno, y de molduras, repulgo y dobladillos, y con una ceja que puede ser cola de algún matalote, o barba de letrado, o médico. Y así como cosa tan necesaria, preciosa y hermosa le traemos tan guardado, y en lo más seguro del cuerpo, pringado entre dos murallas de nalgas, amortajado en una camisa, envuelto en unos dominguillos, envainado en unos gregüescos, habahado en una capa, y por eso se dijo: “Bésame donde no da el sol”. Y no los de la cara que no hay paja que no los haga caballería, ni polvo que no los enturbie, ni relámpago que no los ciegue, ni palo que no los tape, ni caída que no los atormente, ni mal ni tristeza que no los enternezcan. Lléguense al reverendo ojo del culo que se deja tratar y manosear tan familiarmente de toda basura, y elemento ni más ni menos; demás de que hablaremos, que es más necesario el ojo del culo solo que los de la cara, por cuanto uno sin ojos en ella puede vivir, pero sin ojo del culo ni pasar ni vivir.

Lo otro sábese que ha habido muchos filósofos y anacoretas que para vivir en castidad se sacaban los ojos de la cara porque comunmente ellos, y los buenos cristianos los llaman ventanas del alma, por donde ella bebe el veneno de los vicios. Por ellos hay enamorados, incestos, estupros, muertes, adulterios, iras y robos. Pero ¿cuándo por el pacífico y virtuoso ojo del culo, hubo escándolo en el mundo, inquietud, ni guerra?¿Cuando por él, ningún cristiano aprendió oraciones, anduvo con sinfonías, se arrimó a báculo, ni siguió a otro como se ve cada día por falta de los de la cara, que expuestos a toda ventisca e inclemencia, de leer a fornicar, de una purga, de una sangría, le dejan a un cristiano a buenas noches? Pruébenle al ojo del culo que ha muerto muchachos, caballos, perros, etc.; que ha marchitado yerbas y flores, como lo hacen los de la cara, mirando lo ponzoñosos que son, por lo que dicen que hay mal de ojo.¿Cuándo se habrá visto que por ser testigo de vista hayan ahorcado a nadie por él, como por los de la cara, que con decir que lo vieron forman sus calumnias los escribanos? Fuera de que el ojo del culo es uno y tan absoluto su poder, que puede más que los de la cara juntos. ¿Cuándo se ha visto que en las irregularidades se metan con el ojo del culo?

Lo otro, su vecindad es sin comparación mejor, pues anda siempre, en hombres y mujeres vecino de los miembros genitales, y así se prueva que es bueno según aquel refrán: Dime con quién andas y te diré quién eres. El se acredita mejor con la vecindad y compañía que tiene, que no los ojos de la cara, pues éstos son vecinos de los piojos y caspa de la cabeza, y de la cera de los oídos, cosa que dice claro la ventaja que les hace el serenísimo ojo del culo. Y si queremos subtilizar más esta consideración, veremos que en los ojos de la cara suele haber por muy leves accidentes, telillas, cataratas, nubes, y otros muchos males; mas en el del culo nunca hubo nubes, que siempre está raso y sereno, que cuando mucho, suele atronar, y eso es cosa de risa y pasatiempo. Pues decir que no es miembro que da gusto a las gentes, pregúnteselo a uno que con gana desbucha, que él dirá lo que el común provervio, que para encarecer que quería a uno sobremanera, dijo: Más te quiero que a una buena gana de cagar. Y el otro portugués que adelantó más esta materia, dijo: “Que no había en el mundo gusto como el cagar si tuviera besos”. Pues qué diremos si probamos este punto con un texto del filósofo, que dijo:

No hay contento en esta vida,

Que se pueda comparar

Al contento que es cagar.

Otro dijo lo descansado que queda el cuerpo después de haber cagado:

No hay gusto más descansado

Que después de haber cagado.

Los nombres que tiene juzgarán que no tienen misterio, bueno es eso. Dícese Trasero, porque lleva como sirvienta a todos los miembros del cuerpo delante de sí, y tener sobre ellos particular señorío. Culo, voz también compuesta que lleva tras sí la boca del que le nombra. Y ha habido quien le ha puesto nombre gravísimo y latino, llamándole Antífonas o nalgas, por ser dos; otros propiamente le llaman Asentadera; algunos Tancaylo, y no he podido ajustar por muchos libros que he revuelto para sacar la etimología; lo más que he hallado es, que se ha de decir Trancahijo, por lo arrugado y pasado que siempre está.

Con más facilidad topé porque se decía, lindo ojo del culo, manojo de llaves, y por lo redondo del cabo y muchas molduras que hacen aquel mismo repulgo, y viene bien con los que llaman cofre al culo, que es darle cerradura,y en los animales vemos que la Naturaleza les cubre el culo con la cola, o rabo, para que como parte más necesaria y secreta, estuviera acompañado, tapado y abrigado, y con mosqueador para de verano, y en las aves es lo mismo. Si miramos su ocupación, es hacer lo que ninguno nunca hizo, ni pudo; pues en este mundo todos hemos menester a otro para ser proveídos. El alguacil al corregidor, el corregidor al oidor, el oidor al presidente, el presidente al rey. Pero el culo se provee a sí mismo y aun en el presidente, servidor por otro nombre (que así llaman al bacín), cosa equívoca a los derretidos de las damas.

El culo no tiene cosa común, ni aun que me pruebes que hace cámaras, a imitación de otros muchos, pues lo que él hace son mojones, que son fin de términos, para dar a entender que en llegando al culo no has de pasar adelante.

Háceme fuerza que en las almonedas dicen: “¿Hay quién puje?” que ni sé si se convidan a cagar (propiamente entonces puja) o si a comprar. Conque es cierto, que tiene grandes preeminencias, cuando se valen de sus voces para otras cosas. Hasta los excrementos, o mierda (pasa adelante, porque no te empalagues con tan dulce plato), son de provecho, pues probablemente defienden los doctores galenistas y boticarios droguistas, son buenos para desligar Cardano y Alberto; los del lagarto para los ojos; los de bestias, que llaman estiércol, es con lo que se fertilizan los campos, y a quién debemos los frutos; la del gato del Algalia, no hay que probar, ni examinar cuanto es su valor y estimación; la mierda del buey, o boñiga, para inmensos remedios es provechosa. Esto probado y asentado, ¿habrá curioso alguno que diga, que los ojos de la cara tengan alguna virtud? Luego el ojo del culo, él por sí solo es mejor y de más provecho que los dos ojos de la cara.

Lo que dicen del culo (los que tienen ojeriza con él) es que pee y caga, cosa que no hacen los de la cara, y no advierten los cuitados que más y peor cagan los ojos de la cara y peen que no el del culo, pues ellos no hay sueño que no lo caguen en cantidad de legañas, ni pesadumbre o susto que no meen en abundancia de lágrimas, y esto sin ser de provecho como lo que echa el culo, como ya queda probado.

Lo del pedo es verdad que no lo sueltan los ojos; pero se ha de advertir, que pedo antes hace al trasero digno de laudatoria, que indigno de ella. Y para prueba de esta verdad digo, que de suyo es cosa alegre, pues donde quiera que se suelta, anda la risa y la chacota, y se hunde la casa, poniendo los inocentes sus manos en figura de arrancarse las narices, y mirándose unos a otros, como matachines. Es tan importante su expulsión para la salud, que en soltarle está el tenerla. Y así mandan los doctores que no los detengan, y por eso Claudio César, emperador romano, promulgó un edicto mandando a todos pena de la vida, que (aunque estuviesen comiendo con él) no detuviesen el pedo, conociendo lo importante que era para la salud.

Otros dijeron que lo había hecho por particular respeto que se debe al señor ojo del culo. Llega a tanto el valor de un pedo que es prueba de amor; pues hasta que dos se han peído en la cama, no tengo por acertado el amancebamiento; también declara amistad, pues los señores no cagan ni se peen, sino delante de los de casa o muy amigos. Los nombres del pedo son varios; cuál le llama “soltó un preso” haciendo al culo alcaide; otros le hacen cuescos,y últimamente se llama en verso, entre dos piedras feroces un fraile daba voces. Dejo de tratar de los pedos degollados, caballería de por sí bien manifiesta que da la grandeza del ojo del culo en este caso. Pues su fortaleza ¿quién la encarecerá? si es tanta que de solo limpiarse con un paño delgado se deja de modo por las dos partes, que es más difícil de tomar que la Inclusa.

Y volviendo a los demás sentidos, digo que lo que se queda en el pañuelo de la boca es gargajo, y lo de las narices moco, y lo de los ojos legañas, y lo de los oídos cera; pero lo que queda del culo en la camisa es palomino, nombre de ave regalada. Fuera de que los ojos no tienen cosa señalada con que limpiarse, que a veces piden el pañuelo prestado a las narices y a la boca. Mas volviendo al culo, ¡qué de firmas de grandes señores ha iluminado!¡Qué de libros de hombres doctos ha gastado!¡Qué de procesos importantes ha manchado, y qué de camisas de holanda ha teñido! Y al fin han servido de limpiadura las mejores manos del mundo. Y aunque el ojo del culo no ve, hay quien vea por él, pues dicen: “Fulano ve la luz por el ojo del culo de Zutano”. Y en conciencia que no es vista de envidiar. Todo cuanto he dicho del ojo del culo, se refiere a sus gracias; pero aun me queda el rabo por desollar, en contar sus desgracias, que son las siguientes:

  • Enseña un ayo barbocano y mugriento la lición a un descuidado niño. Encomiéndala éste a la memoria; diviértese después jugando; olvídasele; no sabe darla, y en pena de lo que pecó la memoria, ábrele el culo a azotes.
  • Da un estudiante un madrugón a una viña, descepa la mitad de ella, topa con una fuente, y porque se lo pide el gusto bebe agua; hártase, pues, la sed, y deshace en vivas cámaras al pobre ojo del culo.
  • Come el otro demasiado engullidor en mala sazón (porque los topa baratos) seis membrillos por madurar, aconséjaselo su apetito y asiéntasele en el estómago, y abre con apuros y peringazos al pobre culo.
  • Impórtale a uno bajar por una escalera abajo, no mirando a donde pone los piés, resbala, pecan los ojos y baja haciendo astillas el culo de escalón en escalón.
  • Un mal curado enfermo padece porque el humor se le ha apoderado de los sentidos, pues el médico con descuidadas prevenciones consume a puro sanguijuelas al mal aventurado ojo del culo.

Sábese por el texto que el regüeldo

Es un pedo mal logrado,

Según lo que escribe Angulo;

Pues de puro desdichado

No pudo llagar al culo.

  • El regüeldo aun no ha salido de la boca, cuando todos le dan una barahunda de coches, y al pedo le maldicen sólo porque salió por el malaventurado culo.
  • Da el otro extranjero en caballerear y escribir a damas, y trae fausto; falta a los negocios y pierde el crédito, y lo que pecaron los genitales redunda en perjuicio de la reputación del culo, diciendo: “Fulano dió de culo”.
  • Tan desventurado es el culo, que a los animales y bestias grandes siempre los muerde el lobo por el culo. Quiere descansar una mona a menudo, siéntase a cada paso y llénase de callos el culo.
  • Pues quién se hartará de llorar la desgracia de los culos en Carnestolendas, pues por holgarse los muchachos en pasando, el uno al otro se llena de masas y trapajos los culos, y a veces los habrás visto con estopas ardiendo.
  • Promúlganse unas pragmáticas que muy doctos y venerables letrados con mucho acierto ordenaron; no salen a satisfacción del pueblo, y lo que erraron los reverendos juristas, paga el culo de un desventurado perro, atándoselas al rabo por mazas los muchachos.
  • Finalmente, todos los miembros del cuerto se han holgado y huelgan; los ojos gozan de la hermosura; las narices huelen lo suave y odorífero; la boca gusta de lo sazonado, y besa lo que ama y le parece bien; la lengua retoza entre los dientes y se deleita con el reir y con el ser prodiga cuando un amante pide a su dama se la envaine; y al fin, como hemos dicho, no hay miembro que no se huelgue; sólo el culo es tan desgraciado, que una vez que se quiso holgar lo quemaron.

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QUÉ GRANDE ERA QUEVEDO.

Por Luiso

P.D.:Para que no se diga que copio a alguien aviso de que lo he contextualizado del libro original. Realmente estoy copiando al propio Quevedo, que murió siglos ha. Así que no creo que la SGAE venga a decirme nada.



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