Viajecillos

Viajes subanales por la geografía

Viaje a Galizuela

21 de noviembre de 2005

Este fin de semana tenía que viajar a ver a Alberto por motivos académicos. Básicamente me tiene que hacer un trabajo de Historia, asígnatura obligatoria en mi curso, y le tenía que llevar unos libros.

Después de no poder encontrar acompañante para el viaje, me vi obligado a hacerlo sólo. Por una parte estaba animado: "el viajero solitario cruzando España en una misión de paz, perseguido por legiones de makois al volante de sus seat leones". Por otra parte, me fastidiaba bastante por el hecho de no poder calificarlo como "viaje subanal con ilustres aventuras y fechorias". Una mezcla extraña.

Me armé con un GPS y un depósito de gasofa y me lanzé a la carretera. El 75% del viaje es por carretera de un solo carril por sentido, porque hay que desviarse en Talavera de la Reina, a unos 100 kms de Madrid. La verdad es que me encontré con una carretera mejor de lo que esperaba, aunque hay ciertos tramos de curvas en los que hay que andar con muuuucha precaución (a punto de la hostia estuve).

Cuando llegué al pueblo (después de un mal rato por culpa del GPS), me encontré con una aldea con la sensación de haber tenido mucha vida, pero que estaba abandonada, arruinada y medio destruida o destruida entera. Un sitio diferente para vivir, porque allí la calma inunda el ambiente y, si vas de visita, relaja bastante. Salieron a buscarme Alberto y Lola y me indicaron su casa como "la única que no está destruida".

Nada más llegar me encontré con el padre de Lola, un buen hombre que guardaba un parecido MUY razonable de joven (según vi en una foto en el salón) con Robert Reford. La casa que disfrutan es gigantesca, para tener familia numerosa, jejeje. Tienen una terraza deluxe con vistas a uno de los embalses más grandes de Europa (a unos 500 metros). Allí no se nota la sequía porque el embalse está a rebosar. Es espectacular ver tanta cantidad de agua en medio del prado.

Fueron muy hospitalarios todo el fin de semana, pero la mejor bienvenida la dio el perro boxer que tienen, de nombre "Yako". Un pedazo de mostrenco que da muestras de cariño a todo el mundo que se acerca (y que no le da asco acercarse ¡ejem!). Aunque sea un poco remolón es bastante obediente, y como a mi esta raza me encanta estuve con él todo el día y hasta conseguí que aprendiese a sentarse y todo. Es el antícristo de los perros asesinos, el definitivo perro subanal. Aquí teneis un video del perro

Además, estaban cuidando de otro perro, en este caso una cachorra de perro pastor. El animal estaba bastante asustado, porque acababa de ser separado de su madre y había sido transportado en un saco cerrado y metido en un camión lleno de ovejas. Cada vez que alguien se acercaba el perro temblaba como si le acabasen de sacar del congelador. A este le traté como un hijo, pues hasta le obligué a comer metiendole la comida en la boca. Siempre que nos veía salía corriendo a esconderse, aunque al final del domingo fue acostumbrandose más.Aquí teneis un video del otro perro

Allí los domingos siguen siendo un día familiar y toca comida en casa. ¡Vaya festín! sin duda lo mejor no fue la comilona espectacular, si no que hicieron sentir como uno más de la familia. Abuelos, padres, hermanos, sobrinos... todo el mundo me demostró su afecto.

¡Y para colmo cuando me estoy despidiendo me meten en el coche un regalo! ¡Un peazo de vino y un queso para flipar! Pero si no he hecho nada para merecerlo...

Siento que no haya venido nadie, de verdad que ha sido uno de los mejores viajes que he hecho. Estoy esperando volver pronto :)



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